La estrecha relación entre yoga y sexo

La estrecha relación entre yoga y sexo

El sexo está condicionado por muchos elementos internos y externos: y cada vez son más las pareja que buscan potenciar este tipo de factores para tener un mayor placer durante el acto y tratar de alcanzar la plenitud en su disfrute. Muchos se preguntan cómo mejorar el sexo y una solución puede ser el yoga, una modalidad deportiva que desde sus inicios mantiene un estrecho vínculo con las relaciones sexuales. Muchos expertos aseguran que la práctica de yoga puede generar una mejora en ciertos estímulos del cuerpo que después repercutirá en la cama.

Las mejoras que el yoga puede desembocar en el sexo tienen varias vertientes. Por un lado, es una actividad que estimula el deseo sexual. Esto se logra gracias a una postura en forma de V, con la mirada hacia abajo, mediante la cual se estira la espina dorsal. La relajación de cuello y hombros permite trasladar esa calma a la mente, de manera que se aporta una energía extra al cuerpo y se puede dirigir mejor el instinto. Otras posturas tienen un impacto directo sobre los músculos que más se utilizan durante el acto sexual. Algunas refuerzan el suelo pélvico, un músculo que se contrae durante el momento más álgido de la excitación sexual y que tiene una importancia clave en el orgasmo femenino. Quien diría que ponerse, literalmente, ‘a cuatro patas’ ayudaría a mejorar la calidad del sexo. El usuario que quiera poner en práctica ésta u otras posturas debe tener en cuenta que hay diferentes niveles de dificultad y que buscará aquel que más se adapte a sus capacidades.

Mejorar el estímulo sexual

El yoga es una actividad que puede mejorar el estímulo sexual de las mujeres, pues tiene una influencia directa sobre la relajación de los músculos mediante una serie de posturas que los contraen y los suavizan con el objetivo de hacerlos más fuertes y flexibles para la práctica de hábitos diarios. Y uno de estas acciones en la que la condición física es realmente importante es el sexo. A través del yoga, se refuerzan los músculos que después harán un mayor trabajo durante el coito. Aunque esta influencia no se relaciona únicamente con niveles puramente físicos. Hay posturas enfocadas a una mejor circulación de la sangre que facilitan la creación de un clima favorable y estimulante para el sexo.

Esta relación entre el yoga y la práctica de la acción sexual está tan ligada que algunas de las posturas de esta modalidad deportiva están incluidas en el famoso libro del Kama Sutra. Esa perfección espiritual que nació en la India hace 35 siglos ha tenido continuidad en todo el mundo como una actividad que ayuda a relajarse y encontrar el estado zen, y que puede ser una herramienta útil para mejorar la calidad de vida. Estudios recientes señalan que más del 75% de las mujeres van a mejorar su deseo sexual después de realizar posturas de yoga. Esta mejora no se aprecia únicamente en el público femenino, pues los hombres pueden tienen motivos para encontrar una mayor satisfacción y deseo sexual después si la practica habitualmente. También puede servir como remedio para problemas de índole sexual como la eyaculación precoz o la falta de instinto.

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