¿Cuándo es recomendable operar las varices?

¿Cuándo es recomendable operar las varices?

La mejor época para operar varices es el invierno. Aunque lo más habitual es que las consultas acerca de este problema se realicen en las estaciones calurosas, sobre todo entre abril y mayo, cuando se extiende el uso de ropa ligera y, especialmente las mujeres, comienzan a mostrar más sus piernas, el doctor Javier Rangel, de Clínica Menorca, experto en eliminación de varices recomienda que se realice durante las estaciones frías: “El tratamiento de grandes varices se suele recomendar realizarlo en otoño/invierno porque en muchos casos requiere de la utilización de una media de compresión y en algunos casos, existe la posibilidad que posterior al tratamiento aparezca alguna mancha en la piel. La aparición de la mancha es inherente a la exposición solar pero si la mancha está presente y se expone al sol, puede oscurecer».

El frío alivia las varices por diferentes motivos, por lo que el invierno favorece las operaciones de esta clase. Sin embargo, y si no hay más remedio, también se puede quitar las varices en verano.

Qué son las varices

Las varices son un trastorno del sistema cardiovascular que tiene su principal manifestación en las piernas.

Las varices más superficiales o estéticas están muy relacionadas con las alteraciones hormonales (causados por embarazos de mujeres o tratamientos anticonceptivos, por ejemplo). Las varices más profundas suelen tener un origen más patológico y un tamaño mayor.

El uso de tacones altos en zapatos de mujer o de prendas de vestir muy ajustadas, así como las altas temperaturas y pasar muchas horas de pie son factores de riesgo que pueden propiciar la aparición de varices.

Cómo afecta el frío a las varices

Las venas varicosas pueden ser más molestas y empeorar cuando las temperaturas son altas.

El frío produce un efecto contrario. Las temperaturas bajas hacen mejorar la vasoconstricción de las venas, aliviando la sensación de hinchazón y la pesadez y dolor de las piernas.

Síntomas de las venas varicosas

Algunos de los principales síntomas de las formaciones varicosas son la sensación de pesadez y cansancio en las piernas, picores, hinchazón y calambres.

Para controlar la progresión de las varices y la aparición de enfermedades derivadas se recomienda practicar deportes de poco impacto, como el ciclismo o el senderismo, no pasar demasiadas horas de pie y no exponerse a focos de calor como braseros, saunas o calefactores.

Diagnóstico antes de los tratamientos de varices

Antes de aplicar ningún tratamiento para aliviar la pesadez, o los dolores de las piernas, es necesario que un equipo médico realice un diagnóstico ajustado siguiendo protocolos de exploración estrictos: observación de la zona a tratar, ecografías que midan el flujo de la sangre, etc.

Tipos de tratamientos de las varices

Las diferencias entre las técnicas para curar las varices son grandes, y su aplicación depende del tipo del diagnóstico y del tipo de variz. Ninguna de ellas tiene contraindicaciones reseñables. Los tratamientos más conocidos son:

Escleroterapia

Es el tratamiento más adecuado para eliminar arañas vasculares o pequeñas varices de poca extensión. Consiste en infiltrar una sustancia esclerosante en la vena que provoque la degeneración de la variz y, finalmente, su desaparición.

Microespuma

La escleroterapia con microespuma sirve tanto para las varices pequeñas como para las grandes (tronculares).

Mientras con la anterior técnica se introducía en la vena un producto en estado líquido, en este se hace con un producto en estado espumoso que se va deshaciendo poco a poco, con unos resultados similares.

Cirugía de varices

Este tipo de intervenciones desconectan la vena afectada de su origen y final, siendo extraída finalmente por completo.

Es la técnica más traumática para el paciente y requiere de anestesia epidural y un postoperatorio más completo.

Se recomienda que la aplicación de cualquier técnica para la eliminación de varices se realice en los meses fríos del invierno y del otoño, al ser el calor un factor de riesgo que acentúa los dolores asociados a esta patología, así como el cansancio de las piernas.

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