¿Por qué se debe usar un exfoliante corporal?
Dentro de la rutina de cuidado de la piel, la exfoliación debería convertirse en una ritual imprescindible. Con este procedimiento se logra eliminar toda la piel muerta, haciendo que la piel luzca un aspecto más reluciente y saludable. Las células de la piel suelen renovarse a diario, pero la contaminación ambiental y otros factores pueden hacer que ese proceso sea más lento.
El uso de exfoliantes corporales permite que la piel libere esas células muertas, eliminando la pérdida de elasticidad, firmeza y frescura de la dermis. El proceso de exfoliación mantiene la salud y el equilibrio de los tejidos, permitiendo la correcta oxigenación y ayudando a que el órgano más extenso del cuerpo humano elimine todo aquello que no necesita.
¿Cuáles son las funciones de un exfoliante corporal?
- En primer lugar, el exfoliante se encarga de limpiar profundamente la piel, eliminando las células muertas. Esto da como resultado una piel más suave, lozana y luminosa.
- Ayuda a que las células de la dermis se oxigenen por medio de la activación de la circulación sanguínea, lo cual previene el envejecimiento cutáneo.
- Después de una correcta exfoliación, los productos cosméticos se absorben de una manera más eficiente y con ello se consigue mayores beneficios.
- Permite que se unifique el tono de la piel, sobre todo cuando la diferencia de color se debe a manchas superficiales.
- Controla el exceso de grasa además de promover la retención de líquidos en pieles excesivamente secas.
- Causa una sensación de bienestar y frescura.
Cuando no se realiza una exfoliación periódica, la piel comienza a mostrarse marchita y con signos de envejecimiento. Muchas personas utilizan exfoliantes únicamente en el rostro, pero toda la piel debe exfoliarse al menos 1-2 veces cada semana, incluidas las manos, los pies, las rodillas y codos. Con esta rutina se garantiza los beneficios que hemos mencionado en líneas anteriores.
¿Cómo se utilizan correctamente los exfoliantes corporales?
Lo más recomendable es hacerlo en la ducha. Esto permitirá utilizar el vapor de agua para abrir los poros para el proceso de limpieza profunda. Al aplicar el exfoliante, es necesario realizar masajes suaves, circulares y ascendentes a lo largo de la piel. El producto se retira con abundante agua hasta eliminar cualquier residuo.
Aquellas personas que no poseen una rutina de exfoliación, es importante que comiencen con un producto un poco más intenso dos veces por semanas y, posteriormente, cambien a un exfoliante corporal más suave para uso diario como forma de mantenimiento. También es importante seguir las indicaciones de cada marca, de manera que se aprovechen bien las propiedades ofrecidas.
Conviene hidratar muy bien la piel después de exfoliarla, y esto puede realizarse con aceites esenciales o cremas, dependiendo de las necesidades de cada piel. Al hacerlo, la piel estará mucho más receptiva a asimilar los nutrientes y a obtener los beneficios ofrecidos por el producto.
No existen contradicciones asociadas al uso de exfoliantes corporales más allá de alguna sensibilidad a los componentes de la marca en específico que se esté utilizando.
Los exfoliantes de Sabon, una buena elección
Dada la variada y extensa lista de opciones de exfoliantes corporales a elegir, a veces puede resultar difícil decantarse por uno u otro. No obstante, algunas marcas son más reconocidas por la calidad de sus productos. Tal es el caso de Sabon, que con sus más de 20 años de experiencia en el sector del cuidado corporal, se ha centrado en desarrollar una amplia gama de productos basados en ingredientes naturales y minerales del Mar Muerto.
Entre sus productos, destacan los exfoliantes corporales, con diferentes aromas, pero bajo una misma fórmula que deja la piel con un tacto muy suave durante todo el día. Su catálogo de productos debe tenerse muy en cuenta a la hora de elegir nuestro exfoliante corporal. Sin duda, una buena elección.
