Teléfonos encriptados, una garantía para no dejar rastro de tus mensajes y llamadas
El 016 es el número de teléfono habilitado en toda España para denunciar casos de malos tratos. Los medios de comunicación y las administraciones públicas, así como muchas entidades privadas, insisten constantemente en la validez de este servicio para acabar con la lacra de la violencia de género.
Cuando se habla de este teléfono se repite encarecidamente que es gratuito y que no deja rastro en la factura telefónica, pero que hay que borrar las llamadas. Se trata de una forma de defender a posibles víctimas de las represalias de los agresores. Es, de algún modo, mantener un canal de comunicación seguro.
De eso precisamente van también los teléfonos encriptados. Cada vez se está convirtiendo en más complejo mantener la privacidad en las comunicaciones entre personas, ya sea a través de llamadas telefónicas, aplicaciones de mensajería instantánea o sistemas de correo electrónico. Hoy en día, gracias al desempeño de los hackers, es muy fácil acceder a llamadas y mensajes de un teléfono móvil, pero existen opciones de seguridad que lo complican un poco.
¿Qué son los teléfonos encriptados?
En ese escenario de dificultad se mueven los teléfonos encriptados, que son móviles cifrados a los que se les añade medidas adicionales para que sean más seguros y privados. Las modificaciones que integran pueden ir desde prevención de fugas, el cifrado del disco duro, la conexión a internet mediante una VPN, sistemas de llamadas encriptadas, mensajería cifrada…
Todos estos sistemas están habilitados para dificultar la captación de las comunicaciones. Además, más allá de estos aparecen otros filtros a modo de barreras como pueden ser aplicaciones o herramientas antirrobo, sistemas de bloqueo, protección anti reseteo de fábrica, inicio verificado o herramientas de localización.
Los telefonos encriptados buscan que toda comunicación que se produce desde él o hacia él no pueda ser interceptada, es decir, lo que ocurra sea absolutamente privado. La intención es que no pueda extraer información del mismo.
Las comunicaciones en estos aparatos se cifran de extremo a extremo hasta el punto que ni siquiera la empresa responsable del diseño de estos dispositivos encriptados puede ver el contenido de las mismas.
La mayoría de empresas que comercializan estos teléfonos no generan registros de llamadas pues la idea es cuidar al máximo la privacidad y seguridad de las comunicaciones. Por norma general estos dispositivos están en manos de empresas que necesitan llevar con discreción sus proyectos, pero también pueden disponer de ellos agencias gubernamentales y por supuesto personas con un perfil relevante en la administración.
¿Puede cualquier persona disponer de un teléfono cifrado?
Los teléfonos encriptados existen y están a disposición de cualquier persona que esté dispuesto a pagar por ellos, pero la pregunta que debe hacerse es, ¿es realmente útil disponer de estos teléfonos?
La ciudadanía normal encuentras otras vías para proteger su privacidad, aunque es cierto que cada vez es más complicado, especialmente en el ámbito digital, de ahí que mucha gente se interese por cómo encriptar teléfonos.
La clave para mantener a salvo, o al menos con cierto control nuestras comunicaciones, es hacer un uso moderado de estos dispositivos, vigilar las aplicaciones que se descargan, cuidar los documentos y archivos que se comparten a través de redes sociales y ser cautelosos cuando navegamos a través de internet.
Muchas de las personas que utilizan estos teléfonos lo hacen como complemento a su teléfono habitual. Y ejemplos hay decenas. Los políticos, por ejemplo, ¿cuántos casos no han salido a la luz de intentos de recepción de sus comunicaciones para que aparezcan publicados en medios de comunicación?
O en el ámbito empresarial, ¿cómo puede llevar una empresa en secreto sus negociaciones con otras empresas? Pues mediante el uso de sistemas encriptados de información. A ellos se pueden sumar un sinfín de profesionales, como los agentes de futbolistas para buscar nuevos destinos para sus representados.
Estos teléfonos no son nada económicos, pues los más económicos pueden adquirirse por unos 1.500 euros, pero en realidad no son más que smartphones modificados. De hecho, a la pregunta de cómo encriptar un teléfono Android, la respuesta es clara, introduciendo un sistema operativo diferente más privativo y difícil de acceder. Esto implica que con esta tecnología haya que pagar por el uso del sistema operativo, a modo de licencia.
La pregunta es, ¿es tan válida la información que se maneja como para cifrarla hasta esos niveles? La población general puede que no requiera de estos aparatos, pero hay muchos otros colectivos a los que si le renta su uso. Sea como fuere, solo el uso de los mismos ya implica manejar información muy comprometida, y no todo el mundo sería capaz de soportar esa presión.