La balanza de los riesgos y beneficios de la medicina natural
La medicina natural o naturista ha sido parte de nuestra historia desde siempre, pero teniendo en cuenta los avances científicos y farmacológicos no deja de sorprender que siga siendo una alternativa real.
Por un lado, cada vez es más común la desmitificación la medicina alternativa a base de hierbas y plantas casi todopoderosas de uso milenario por parte de expertos de la medicina y la nutrición. Por otro lado, también es frecuente la divulgación de estudios que comprueban que plantas, vegetales, frutos o ciertos elementos extraídos de estos son efectivos para tratar determinadas enfermedades o condiciones.
Entonces, ¿cuál de estas verdades creer? ¿Realmente hay beneficios en la medicina natural? ¿Y qué pasa con los riesgos?
La ciencia debe avalar la seguridad de la medicina natural
A pesar de la controversia que existía por extraerse exclusivamente de la planta de cáñamo, la evidencia científica muestra que el aceite de CBD es uno de los anticonvulsivos más efectivos y de bajo costo.
En 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe en el que, entre otras cosas, se demuestra que el consumo CBD en conjunto con otros medicamentos es completamente seguro. El mismo informe dice que los efectos secundarios del CBD son mínimos.
Esta evidencia desmiente voces que, excusados en que el CBD proviene del cannabis, decían que era peligrosa por sus efectos psicoactivos, desconociendo que en productos elaborados con CBD de alta calidad se reduce la cantidad de THC (el elemento psicoactivo de la planta) hasta menos del 0,03%.
Beneficios apoyados por la ciencia, no en creencias
Un ejemplo más clásico es el de la planta Aloe vera, cuyas propiedades desinflamatorias y sus cualidades para tratar quemaduras son parte de la cultura general.
Su aplicación es milenaria, pero recientemente ha sido avalada por estudios científicos que sostienen que la aloína (elemento exclusivo de esta especie) es el tratamiento más efectivo para desinflamar lesiones externas.
Otros estudios concluyeron que la aplicación de gel del Aloe vera sobre quemaduras ayuda a curar las heridas más rápidamente; el promedio es de 8 días más rápido. En este caso, la creencia fue apoyada por la ciencia.
Y este es el tipo de beneficios que deben perseguir los usuarios de la medicina naturista, los que han sido científicamente comprobados, ya sea como tratamientos médicos principales, de manera complementaria o alternativa.
Cuando los beneficios que se ignoran debido a los riesgos
Para ejemplificar la ceguera ante los riesgos, se tomarán como ejemplo tres elementos. Está científicamente comprobado que:
- El aceite de menta contribuye a aliviar dolores musculares
- El eneldo incrementa el apetito
- El té de diente de león es la mejor fuente vegetal de vitamina A
Pero también ha sido divulgado por comunidades de investigadores como Herbwisdom que el contacto prolongado con el diente de león puede producir dermatitis, que el jugo de eneldo puede aumentar la sensibilidad de la piel hacia el sol y que el consumo de aceite de menta puede llevar a daños respiratorios y hepáticos.
Colocar los riesgos y beneficios en una balanza es lo ha llevado a que se recomiende la aplicación de aceite menta solo de uso tópico y a que se ignoren los beneficios del diente de león por sus potenciales riesgos.
Pensándolo bien, parece lógico que la expectativa de vida sea mayor con estos niveles de investigación científica que cuando las plantas se usaban como remedio para todo.
La medicina natural tiene beneficios innegables, pero también tiene riesgos que deben, cuantificarse, probarse y limitarse.
No hay nada de malo en preferir lo natural, aunque lo ideal es preferirlo si realmente es la mejor opción, entendiendo que no hay remedios milagrosos, siguiendo las medidas de seguridad recomendadas y siempre informándose (desde la ciencia y no en las creencias) para tomar la mejor decisión.